Repleto de bohemios y artistas desde hace siglos, este precioso pueblo y municipio está situado en el interior de la costa noroeste. Atrayendo a los visitantes con un laberinto de calles empedradas, casas de color miel con árboles verdes y persianas a juego, Deià es uno de los pueblos más hermosos de Mallorca. Muchos creen que este encantador lugar tiene incluso poderes mágicos, gracias al entorno de la Sierra de Tramuntana que supuestamente irradia energía curativa.
Hay pruebas de un asentamiento en este lugar en tiempos prehistóricos, pero fueron los árabes quienes establecieron un sistema de riego y dieron a Deia un nombre sencillo: "ad deia", que se traduce como "el pueblo".
Gracias al cultivo de cítricos, aceitunas y pesca, el lugar se enriqueció bastante tras las conquistas cristianas, pero fue cuando el famoso poeta Robert Graves se instaló aquí en la década de 1930 cuando Deià alcanzó su estatus de icono.
El poeta y novelista vino aquí primero con su amante Laura Riding en 1932, para volver con su segunda esposa en 1945. Las noticias sobre el entorno paisajístico y la exuberante naturaleza pronto se extendieron y dieron al pueblo un estatus de culto entre artistas, poetas y músicos. Hoy en día, Deià es un centro de atracción para los famosos que buscan escapar de la ciudad y de la fama aunque sólo sea por unos días. La princesa Diana, Gwyneth Paltrow, Harrison Ford, Stephen Fry, Noel Gallagher y Sting son algunas de las celebridades que han sido vistas disfrutando del encantador pueblo, mientras que el bajista de The Clash, Paul Simonon, tiene incluso una impresionante propiedad en la zona.
Galardonado con el estatus de Patrimonio de la Humanidad, este pueblo cuenta con un asombroso entorno popular entre ciclistas y excursionistas. Si le apetece darse un baño relajante, puede caminar hasta la Cala Deià, donde los artistas siguen la tradición de Graves y disfrutan de baños desnudos y fiestas hasta el amanecer.
El escondite más exclusivo de Mallorca cuenta con una serie de espectaculares restaurantes en los que podrá reservar una mesa para explorar lo mejor de la cocina española.
Situado en las afueras del pueblo, Can Quet, no sólo es un paraíso para los sibaritas, sino también un centro cultural. La vertiginosa terraza con vistas a la sierra de Tramuntana alberga numerosos eventos en los que podrá participar mientras saborea su carpaccio de angus negro. Para disfrutar de unas vistas al mar, diríjase a Ca's Patro March, situado justo en la playa y famoso por el marisco fresco que le hará la boca agua.
Entre mayo y septiembre podrá disfrutar de los conciertos al aire libre que se celebran en el marco del Festival Internacional de Música de Deià. Para los amantes de la cultura, la visita a la casa de Robert Graves convertida en museo es imprescindible, aunque el Museo Arqueológico también es una actividad interesante, sobre todo si se viaja con niños.
Para maravillarse con el arte de las obras de Joan Miró, David Templeton y Arturo Rhodes, haga tiempo para visitar el lujoso Hotel Belmond La Residencia, donde encontrará una elegante galería que presenta diferentes exposiciones a lo largo del año.