Port de Soller es un pintoresco pueblo escondido que, debido a su remota ubicación, se salvó en gran medida del exceso de desarrollo, y que es ideal para unas vacaciones relajantes en un entorno elegante. Situado en una gran bahía en forma de herradura, este pueblo portuario es famoso por algunas de las puestas de sol más románticas que ofrece el Mediterráneo, que podrá disfrutar en la intimidad de su yate.
Escondido a los pies de la Serra de Tramuntana, Port De Soller se asienta en la bahía natural donde las impresionantes montañas se encuentran con el mar turquesa. El paseo marítimo es peatonal, por lo que hay muy poco tráfico que interrumpa el seductor sonido de las olas del mar que hacen de este oasis un paraíso para unas vacaciones tranquilas con la familia y los amigos.
Para divertirse durante los descansos de los cruceros, disfrute de un paseo junto a los mares azules, donde encontrará una gran cantidad de vibrantes cafés, bares y tiendas para adquirir encantadores recuerdos que le recordarán el increíble tiempo que va a pasar aquí.
Si le apetece una cena de gala, reserve una mesa en uno de los restaurantes de lujo, donde podrá disfrutar de una experiencia gastronómica en un ambiente realmente distintivo.
Sa Figuera es famoso por sus platos mediterráneos preparados con un toque mallorquín, mientras que el restaurante Es Finals cuenta con un entorno impresionante, situado en la cima de un acantilado sobre el Puerto de Sóller para ofrecer tanto vistas interminables como comidas que hacen la boca agua con la firma del renombrado chef Javier Soriano.
La Marina Tramontana garantiza una experiencia de crucero sin preocupaciones, con abundantes amarres que pueden acoger yates de entre 12 y 40 metros de eslora, aunque para embarcaciones más grandes se puede organizar el atraque bajo petición. Con aparcamiento privado, servicios de mantenimiento, suministros de agua y electricidad, y un estupendo bar chillout, sólo tiene que traer su buen humor.
Si le apetece un poco de ocio, Port De Soller presenta una variedad de oportunidades para disfrutar de actividades acuáticas, deportes náuticos, senderismo y escalada. No deje de visitar el emblemático Tren de Sóller y su tranvía, que data de 1912.
Los aficionados a la náutica no pueden dejar de visitar el Museu De La Mar, un pequeño museo marítimo situado en el interior de un antiguo monasterio en el que se puede aprender más sobre la larga relación de la ciudad con la navegación y el mar.
